Tercería

Anoche se realizó la segunda convención Progresista, con miras a presentar un candidato presidencial que logre hacer, como Navarro Wolf dijo, una 'tercería' en las próximas elecciones presidenciales.

Teniendo claro que el Presidente Santos buscará la reelección (así él no lo termine de aceptar) y que los uribistas también van con toda en esta carrera, no cae mal tener otra opción de voto.

Esta tercería, se muestra como una opción de centro-izquierda. La presencia de personajes del fallido Partido verde, ASI, Progresistas, Polo, por mencionar algunos, muestra una apuesta por retomar lo que en el 2010 fue la ola verde.

Personalmente, me gusta esta opción y específicamente me gusta Navarro Wolf como opción presidencial. Veo en él un líder, que si bien tiene sus raíces en la izquierda se muestra más como una opción de centro, lejos del absolutismo y terquedad de la izquierda en la que se convirtió el Polo y de la que se esta convirtiendo la Alcaldía de Bogotá.

Este personaje,  nos ha demostrado que por lo menos si sabe gobernar, le fue muy bien en la Alcaldía de Pasto y en la Gobernación de Nariño. Ademas, también lo hizo muy bien como Senador. Sin duda, es un gran candidato.

El palo en la rueda (y no me refiero a la pata de Navarro) que le puede surgir a este nuevo movimiento es que se deje llevar por aquellas voces radicales de izquierdas que lo conforman. Los nombres de esas voces son claras: tenemos a Guillermo Asprilla, el mismo Alcalde Petro, incluso anoche el Polo y el Partido Comunista hicieron presencia, y ya sabemos lo que eso puede implicar.

Colombia es un país en su mayoría de derecha, muestra de ello lo vemos todos los dias, por eso si este movimiento toma un tinte más de izquerda y por decirlo más claramente,  más socialista-bolivariano que de centro puede ir cavando su propia tumba.

En el encuentro de anoche, participaron delegados de Venezuela y Cuba, se vieron banderas del M-19, entre otros. Esto a mi parecer le resta mucho a este nuevo proyecto. Hay que ser realistas y Colombia no va a permitir, por lo menos no en corto plazo, un proyecto politico como el del pais vecino y menos cuando dia a día vemos el desastre en el que se ha convertido la Revolucion Socialista del Siglo XXI.

Ojala no caigan en ese nefasto error. Muchos estamos cansados de la extrema derecha y de la centro-derecha (que en realidad es casi la misma vaina) pero tampoco queremos una Venezuela en Colombia.

Angela Robledo, una de las mejores congresistas que tenemos, anoche decía que ha nacido la ola multicolor, espero de corazón que este multipluralismo se desarrolle de verdad y que no sea una simple ola sino que se convierta en una opcion politica de verdad.

Espero que lleven sus palabras al hecho, no como el Alcalde de "La Politica del Amor" que no hace si no cazar peleas con todo el que lo critica.

Si este nuevo grupo político quiere tener una opción real en las próximas elecciones debe irse por un camino más Navarrista que Petrista; un movimiento abierto a las criticas, que deje a un lado el cuento de la persecución, mostrarse más como un partido serio que como víctimas y no caer en caudillismos que ya bastante la historia nos ha demostrado que generan más problemas que soluciones.

Tienen una buena oportunidad entre manos, será interesante ver como se desarrollan de aquí en adelante.

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Nota: Qué pensará Jorge Enrique Robledo de la carta que envío anoche Clara López a la convención Progresista? Compartirá su pensar? Yo creo que no y se viene nueva división en el Polo.

La Mala Defensa de los Petristas

Uno de los temas que más se trata hoy en los medios y redes sociales es el de la revocatoria al mandato de Gustavo Petro.

Este tema ha desatado, en muchos ciudadanos, posiciones extremistas tanto de los que quieren revocar como los que defienden al Alcalde.

Los que promueven la iniciativa dicen que la gestión del Alcalde ha sido pésima y que Bogotá no puede soportar otro fracaso administrativo.

Por su parte, los que defienden a Petro basan sus argumentos en decir que todo lo referente a revocatoria es ilegal e ilegitimo, que es una convocatoria hecha por los culpables del descalabro de la ciudad, o para ser más precisa, por las 'mafias' que no han encontrado en Petro un aliado.

Creo que ambas posiciones tienen algo de razón en sus argumentos. La gestión de Gustavo Petro no ha sido la mejor y también es cierto que para las 'mafias' él es una piedra en el zapato.

Personalmente no estoy y nunca estuve de acuerdo con esa iniciativa. Si bien, creo que Gustavo Petro deja mucho, pero mucho que desear como gobernante, todo parece indicar que la verdadera razón detrás de la revocatoria es la de las mafias y no el castigo político que debe tener un gobernante cuando éste no es bueno.

El ultimo escándalo es el tema de las firmas falsas. De ahí, es de donde los petristas se han pegado últimamente para defender a su líder. La peor defensa, pues en todas, absolutamente todas las recolecciones de firmas aparecen firmas falsas.

La defensa de los progresistas no debería centrarse en hablar de la ilegitimidad (o como ya varios acusan de ilegal) la propuesta, deberían defenderse con sus propios logros. Por que si bien, pueden tener razón en lo de ilegitimo, nadie puede afirmar, por lo menos no hasta que la Registraduría lo haga, que la recolección de firmas es ilegal.

Mi consejo para ellos es esperen con calma, vigilantes claro esta, pero sin iniciar una pelea de la que aun no se ha decidido nada.

Lo que estan generando con esto es rechazo entre las personas que como yo (no estamos de acuerdo con la revocatoria), tampoco estamos de acuerdo con que generen tormentas donde no las hay.

Muchos estamos cansados de las quejas, peleas y paranoias del alcalde y sus seguidores, que actúan al mejor estilo uribista para descalificar opiniones en contra o criticas a su gestión.

Progresistas, apliquen la politca del amor, pero de verdad. Ya no más peleas, no más polarizaciones. Actuen donde tienen que actuar, no en los medios, no en twitter, es en la ciudad donde se les tiene que ver de verdad.

Cómo carajos salimos de eso?

El domingo pasado, luego de leer y leerle a mi esposo la fabulosa columna de Daniel Samper Pizano "Un país en descomposición" http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/danielsamperpizano/un-pais-en-descom_12793792-4 , nos pusimos a debatir por que estamos en ese punto en el que uno se avergüenza de su propio país.

Es tan triste pero tan cierta la columna de Samper que la única pregunta que queda es: Cómo carajos salimos de eso?

Yo personalmente me resisto a creer que los colombianos por naturaleza somos criminales, como me lo dicen acá en Panama. Pero día a día se dan noticias que le dan la razón a ellos y no a mi.

Viendo como surgen líderes como Ordóñez y Uribe, no puedo evitar recordar a la Alemania de los años 30 cuando vieron surgir a Hitler y a pesar de las miles voces de alerta que daba cuenta lo que se veía venir, nadie hizo nada y ya sabemos lo que pasó. Así mismo, el extremismo de algunos líderes de la izquierda colombiana, me recuerdan a Lenin y Stalin que decían tener la mejor intensión social, pero que al llegar al poder fueron iguales a sus pares de la extrema derecha.

En la conversación dominical, concluimos con mi esposo, que Colombia en realidad no ha tocado fondo, como el que se tocó en la Segunda Guerra Mundial o como en Africa.

Si han ocurrido matanzas, si han ocurrido magnicidios, pero nada que nos toque lo suficiente como para despertar y hacer algo realmente por cambiar el rumbo del país, mas allá de hacer plantones, marchas por twitter y demás.

Tal vez necesitemos eso, vivir una guerra de verdad verdad. Ya que los muertos y la corrupción en Colombia no nos duele, simplemente nos acostumbramos vivir entre eso.

Si todos nos quejamos y nos indignamos día a día por todas las atrocidades que ocurren, pero queda ahí. Seguimos enseñándole a nuestros hijos la cultura del juega vivo, de aprovecharse del débil, a no ser tolerantes con el otro.

El cambio cultural, es un cambio que demora y que tienen que pasar muchos años para ver los resultados, pero por algo hay que comenzar.

Yo por mi parte, pretendo enseñarle a mi hija que entienda que para surgir no siempre hay que aplastar al otro; que a las personas no se le juzga por su  religión, preferencia sexual o inclinación política; que siempre hay que respetar las creencias de los demás; que nadie, si no ella, decide que hacer con su cuerpo; que hay que votar responsablemente y que cada acción tiene su consecuencia y tiene que asumirla. Ah! y por supuesto a leer mucho.

Ese es mi granito de arena, puede que no sea mucho, pero es lo que está en mis manos por hacer.

Mi hija no es colombiana, es panameña y aunque puedo no pienso nacionalizarla. Lo que si pienso hacer es enseñarle la historia y costumbres de mi país. Pienso enseñarle a que lo quiera como si fuera y que tal vez en un futuro si ella quiere ser colombiana lo sea con orgullo.

Sin lugar a duda, Colombia es un país en descomposición, ya nuestra generación no va a ver paz ni funcionarios públicos que ética y responsablemente lleven sus cargos. Tal vez, si cambiamos la forma en como educamos a nuestros hijos abramos un verdadero camino al cambio. Si es demorado, pero por algo se empieza, sino nos tocara esperar a que realmente se estalle una verdadera guerra que nos toque el alma y que genere una intervención internacional como lo sugiere Daniel Samper.