En este espacio encontrarán mis puntos de vista sobre los temas que gustan. No será la verdad absoluta (no creo que exista tal cosa) pero si mi verdad.

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martes, 14 de mayo de 2013

Cómo carajos salimos de eso?

El domingo pasado, luego de leer y leerle a mi esposo la fabulosa columna de Daniel Samper Pizano "Un país en descomposición" http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/danielsamperpizano/un-pais-en-descom_12793792-4 , nos pusimos a debatir por que estamos en ese punto en el que uno se avergüenza de su propio país.

Es tan triste pero tan cierta la columna de Samper que la única pregunta que queda es: Cómo carajos salimos de eso?

Yo personalmente me resisto a creer que los colombianos por naturaleza somos criminales, como me lo dicen acá en Panama. Pero día a día se dan noticias que le dan la razón a ellos y no a mi.

Viendo como surgen líderes como Ordóñez y Uribe, no puedo evitar recordar a la Alemania de los años 30 cuando vieron surgir a Hitler y a pesar de las miles voces de alerta que daba cuenta lo que se veía venir, nadie hizo nada y ya sabemos lo que pasó. Así mismo, el extremismo de algunos líderes de la izquierda colombiana, me recuerdan a Lenin y Stalin que decían tener la mejor intensión social, pero que al llegar al poder fueron iguales a sus pares de la extrema derecha.

En la conversación dominical, concluimos con mi esposo, que Colombia en realidad no ha tocado fondo, como el que se tocó en la Segunda Guerra Mundial o como en Africa.

Si han ocurrido matanzas, si han ocurrido magnicidios, pero nada que nos toque lo suficiente como para despertar y hacer algo realmente por cambiar el rumbo del país, mas allá de hacer plantones, marchas por twitter y demás.

Tal vez necesitemos eso, vivir una guerra de verdad verdad. Ya que los muertos y la corrupción en Colombia no nos duele, simplemente nos acostumbramos vivir entre eso.

Si todos nos quejamos y nos indignamos día a día por todas las atrocidades que ocurren, pero queda ahí. Seguimos enseñándole a nuestros hijos la cultura del juega vivo, de aprovecharse del débil, a no ser tolerantes con el otro.

El cambio cultural, es un cambio que demora y que tienen que pasar muchos años para ver los resultados, pero por algo hay que comenzar.

Yo por mi parte, pretendo enseñarle a mi hija que entienda que para surgir no siempre hay que aplastar al otro; que a las personas no se le juzga por su  religión, preferencia sexual o inclinación política; que siempre hay que respetar las creencias de los demás; que nadie, si no ella, decide que hacer con su cuerpo; que hay que votar responsablemente y que cada acción tiene su consecuencia y tiene que asumirla. Ah! y por supuesto a leer mucho.

Ese es mi granito de arena, puede que no sea mucho, pero es lo que está en mis manos por hacer.

Mi hija no es colombiana, es panameña y aunque puedo no pienso nacionalizarla. Lo que si pienso hacer es enseñarle la historia y costumbres de mi país. Pienso enseñarle a que lo quiera como si fuera y que tal vez en un futuro si ella quiere ser colombiana lo sea con orgullo.

Sin lugar a duda, Colombia es un país en descomposición, ya nuestra generación no va a ver paz ni funcionarios públicos que ética y responsablemente lleven sus cargos. Tal vez, si cambiamos la forma en como educamos a nuestros hijos abramos un verdadero camino al cambio. Si es demorado, pero por algo se empieza, sino nos tocara esperar a que realmente se estalle una verdadera guerra que nos toque el alma y que genere una intervención internacional como lo sugiere Daniel Samper.

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